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Cerro San Cosme. 1946.

Aproximaciones a la historia del Cerro San Cosme (*)

Publicado: 2017-02-15

El asentamiento humano San Cosme fue constituido el 24 de septiembre de 1946 . Su ocupación fue una toma violenta que mereció diversas notas periodísticas que reseñaban el hecho, principalmente por la movilización de un gran contingente policial para el desalojo, debido a que los propietarios del fundo San Pablo, la familia Caycho, exigieron a las autoridades el retiro de los ocupantes.

En el enfrentamiento murió la señora Margarita Vargas, en cuyo honor se colocó su nombre a una de las calles de la localidad. La violencia, en estos términos, sentó la partida de nacimiento de la localidad y se convirtió en una de las características de las tomas de tierra que se dieron posteriormente en la ciudad y de la cual es heredera la ciudad.

El desenlace fue el mantenimiento de la ocupación por parte de los que invadieron la localidad debido a la intervención de la iglesia y del posterior amparo del gobierno de Manuel A. Odría, quien buscó consolidar una base electoral en las poblaciones que se constituían en las barriadas que, para ese momento, se estaban formando en la ciudad, a quienes no reconocía legalmente su ocupación, por ello no les entregaba títulos de propiedad, pero a las que no reprimía e incluso favorecía con la dotación de alimentos y demás, lo cual le daba la facilidad de manipularlos con la promesa de la titulación y de la ayuda gubernamental, práctica que se mantiene hasta hoy por los gobiernos de turno .

La población de San Cosme era mayoritariamente de procedencia andina y empleada en el mercado mayorista de La Parada. La constitución de la localidad tiene por característica que las viviendas que se encuentran cercanas al mercado y en la avenida Bauzate y Mesa y San Pablo se construyeron con la finalidad de ser viviendas taller y almacén, mientras que en las casas de ocupación residencial permanente se ubicarían en la partes medias y altas del cerro, condiciones que hasta hoy se mantienen.

La población de San Cosme, cuya tradición cultural era andina, entra en conflicto con la población residencial de la urbanización 12 de Octubre, ubicada al lado izquierdo del cerro, hacia la avenida México, la cual era parte de una tradición cultural criolla, quienes señalaban a los pobladores de San Cosme, como el motivo del deterioro urbano de la localidad: delincuencia, basura, inseguridad, entre otros .

De esta manera, la población de San Cosme se va convirtiendo en víctima de los estigmas sociales del país proliferados por los sectores de clase media y alta, a través de las campañas mediáticas que la prensa realizaba, y los sectores populares que vieron con desdén a la población de San Cosme por reconocer sus patrones culturales: música, baile, idioma, como fuentes de burla y menosprecio.

Quisiéramos precisar, que la discriminación y el racismo es una expresión mórbida del no reconocer la otredad. En términos más sencillos, el otro no existe y por tanto no es considerado de las mínimas atenciones.

Las tradiciones culturales, que mencionamos en líneas anteriores, y que marcaron distancias entre las localidades de San Cosme y la urbanización 12 de octubre, heredaron condiciones que ahondaron las diferencias en diversos planos entre la población. Por ejemplo, San Cosme desde la década de 1950 tuvo inclinación política en favor de la emergente izquierda peruana, sin embargo la urbanización 12 de octubre mantuvo desde su fundación simpatías y militancias con el APRA; San Cosme tenía como expresión máxima de su identidad cultural al huayno, mientras que 12 de octubre tenía el vals; estas diferencias se delimitaron físicamente en el espacio, la cual tiene a la avenida Sebastián Barranca como límite de sus dinámicas sociales. Los límites no sólo son físicos sino también mentales, debido a que la ciudad no sólo es una construcción material sino también social.

Se dan las primeras manifestaciones de enfrentamiento y recrudecimiento de violencia, mientras que en La Parada y alrededores empiezan a ser masivos los atracos y las actividades ilícitas, la cual se desborda y el Estado en vez de hacerle frente se retira de su actuación legítima.

Hacia 1960, San Cosme es un espacio de activación política para la izquierda, quien inauguró diversas experiencias de formación de cuadros en la zona:

                        “Acá venía la gente de Javier Diez Canseco junto con otros partidos y                        nos enseñaban cómo organizarnos, de qué manera llevar a cabo una                          marcha, cómo ser dirigentes, nos contaban la experiencia de Cuba y                           Castro. Nosotros éramos sólo adolescentes y ya estábamos con esas                       ideas…” (Nela Rodríguez. Vecina de la localidad- 67 años)

La actividad política va creando condiciones de discusión intensa entre los vecinos de San Cosme, quienes van asumiendo en su discurso cotidiano reivindicaciones sociales asociadas a la defensa del pobre, de lo peruano frente a los extranjero, de que el Estado es inoperante, de que los gobiernos de turno trabajan para los ricos, entre otros, discursos que hoy se mantiene en las reivindicaciones sociales de la población frente a los sucesos de La Parada.

Poco a poco la izquierda va ganando terreno en la actividad política de la zona, alcanzando a tener diversos dirigentes que activaron abiertamente en favor de los partidos de izquierda durante la década de 1960 y 1970. Esta actividad política dirigencial se afianza con el trabajo de los profesores que llegaban a enseñar a las instituciones educativas de la zona: José Martí, César Vallejo y Pedro Labarte:

                    “... en el colegio también teníamos una formación política y cuando                             llegamos a secundaria ya estábamos en abierta confrontación con                             quienes eran apristas, de acción popular, pero lo más bravo era en la                           noche, porque ahí ya estaba actuando sendero luminoso, claro, te hablo                     de 1984-85, ya aparecían las pintas en las paredes del baño…”                                       (Entrevista Augusto Loataunau Moscol- Ex vecino de la urbanización 12                     de Octubre).

La actividad política en San Cosme no tuvo la característica que asumió en Villa El Salvador, en donde se estableció una propuesta de gestión participativa que dio como resultado la promoción del desarrollo local, todo lo contrario, San Cosme fue espacio de activación política que sólo desencadenó una abierta confrontación entre sus vecinos por las pugnas dirigenciales.

La razón de esta situación se debe a que mucha de la formación política de cuadros que se dio en la localidad fue promovida por los sindicatos de trabajadores de La Parada, cuya formación sindical estaba centrada en la confrontación y que luego fue ganada por Sendero Luminoso y el MRTA, quienes pasaron a tener una gran influencia política en la dirigencia de San Cosme y posteriormente en la actividad social.

Esta coyuntura favoreció una abierta confrontación entre los vecinos, que llegaron a episodios dolorosos como enfrentamientos armados entre los cuadros que vivían en la localidad y el asesinato de varios dirigentes. Esta situación socavó las bases de la organización vecinal que pueda generar respuestas a la crisis social que vivían. Tiempo después esta situación costará mucho a la localidad

Es lamentable que la CVR no reporte ningún suceso de violencia política en San Cosme, sin embargo precisamos que los vecinos enviaron en varias ocasiones solicitudes para que la CVR vaya a su localidad, lo cual no se concretó su y, por tanto, no se registró la información debida.

A pesar de la caída de los bandos subversivos se mantuvo en la localidad la presencia de Sendero Luminoso y el MRTA a través de los sindicatos de estibadores y carretilleros (SICUTRAN), al igual que los discursos reivindicativos.

Para fines del 2000 empieza actuar en la localidad el Grupo de Resocialización de Ex Reclusos de la Victoria y Alrededores- GREVA, dedicado a brindar seguridad a los comerciantes del mercado mayorista, liderados por el ex emerretista, Elmo Ramos Acosta, quien encontró una débil organicidad en la comunidad, ya destruida a fines de 1980 y totalmente maniatada por el gobierno de Alberto Fujimori , lo cual permitió que pueda actuar sin censura vecinal.

Si bien en un primer momento brindaron seguridad en los alrededores de La Parada, luego empezaron a extorsionar a los comerciantes mayoristas, a cobrar las SISA y a exigir cupos por obras . Es precisamente GREVA quien mayor resistencia ofreció al intento de colocación de los muros que impidieran el tránsito de camiones al mercado La Prada el 25 y 27 de octubre del 2012.

Precisamente a fines del 2000 es que empiezan a establecerse diversas bandas armadas en la localidad dedicadas al robo, la extorsión y el pillaje.

En conclusión podemos resumir que las condiciones que caracterizan hoy a San Cosme se deben a los siguientes factores:

           • Simbólicamente, la violencia fue partera de San Cosme, la cual se                                constituyó por la toma violenta del terreno para luego constituirse como                    lugar residencial.

          • La alta politización de las organizaciones sociales de base desencadenó                   hechos de confrontación abierta entre los vecinos de la localidad que                         rompieron los mínimos medios de comunicación y socialización, que                         posicionaron discursos de reivindicación social que hasta hoy son parte de               la cotidianidad, principalmente asociados al resentimiento con la presencia               del Estado.

         • La estigmatización que vivió San Cosme generó un ánimo de frustración                    colectiva por no ser aceptado en la ciudad por parte de los sectores sociales           que permanentemente han vivido en la zona y de las clases medias y altas de           la ciudad.

        • La violencia política profundizó la atomización de la comunidad.

       • El retiro de la presencia del Estado en la localidad desde mediados de la                    década de 1950 permitió que se impusieran grupos de facto en la localidad y            que se extendiera una amplia actividad delictiva.

(*) Este es un documento que se realizó para el Servicio de Parques de Lima- SERPAR, entidad en la que me desempeñé durante tres años como gestor social. Este artículo formó parte de una propuesta que se elevó a la gerencia de la entidad para comprender el escenario de conflictividad que vivía el Asentamiento Humano San Cosme en el periodo de reubicación de los comerciantes mayoristas de La Parada.


Escrito por

Damiler Díaz Terán

Padre. Antropólogo. Hincha del Deportivo Municipal. Amante de leer todo sobre historia...


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