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En memoria de Carlos Ramírez Centeno

Publicado: 2019-08-26

La muerte de Carlos Ramírez Centeno deja a la música tropical peruana sin una de sus voces más emblemáticas y representativas.  

En el presente artículo, queremos presentarle una aproximación a la trayectoria de quien fuera conocido, artísticamente, como el patrón de la cumbia, a partir de una larga entrevista que le hiciéramos en el 2017, como parte de nuestra investigación para la elaboración de nuestra tesis de licenciatura en antropología. El presente texto no es un documento académico, aunque algunos datos pueden alimentar alguna línea interpretativa sobre la música tropical en su conjunto.

Carlos Fernando Ramírez Centeno nació en el distrito de El Agustino el 17 de enero de 1957. Vivió gran parte de su vida en la urbanización Caja de Agua en el distrito de San Juan de Lurigancho, donde comenzó a manifestar, desde muy pequeño su inclinación por la música, influenciado por su madre, quien escuchaba todo el día rancheras, boleros y baladas de la época y que él cantaba para gusto de ella.

Durante la década de 1960, el cantante español Rafel se convirtió en el ídolo musical de Carlos Ramírez, quien comenzó a imitarlo (“yo quería ser Rafael”), estimulado por su madre, quien lo apoyó para participar, haciendo un cover del artista, en una edición del programa del Tío Jhonny (“aún recuerdo que fuimos con mi madrecita y estuvimos en una cola larga todo el día esperando…”), donde hizo una presentación corta, pero que significó para Carlos la motivación para dedicarse a la vida artística a través del canto.

A los 15 años formó parte, brevemente, del programa “El mundo de los niños”, conducido por Yola Polastri, como uno de los niños que acompañaba a la conductora en el desarrollo del programa.

Sin embargo, no tenía los recursos para estar constantemente en el programa, debido a la distancia entre el canal y su domicilio, por lo que tuvo que dejarlo.

Ya para la década de 1970, Carlos Ramírez se sintió maravillado por la música de la nueva ola, el rock y la naciente música tropical peruana, desarrollado, en sus inicios, en el distrito del Rímac, muy cerca donde vivía, con agrupaciones como Los Destellos y Los Ecos.

ENRIQUE DELGADO, JUNTO A SU GRUPO LOS DESTELLOS FUERON  LOS INICIADORES DE LA MÚSICA TROPICAL PERUANA Y MARCARON INFLUENCIA EN LA GENERACIÓN DE JÓVENES DE LA DÉCADA DE 1970

Dicho género ganó multitudes y un rápido posicionamiento en el consumo de los jóvenes, quienes no sólo eran sus consumidores, sino también, sus principales productores. En San Juan de Lurigancho, un joven guitarrista y compositor, Walter León, estaba iniciando la conformación del grupo Los Ilusionistas, en la cual, luego de una audición, logró ingresar como una de las voces principales.


Los ilusionistas fue la primera agrupación en la que participó carlos ramírez centeno

                  “Ahí Walter León, que estaba buscando integrantes para Los Ilusionistas,                    me  convoca luego de que canté algunas canciones de Los Destellos…” 

Los Destellos fueron la inspiración para una generación ávida de una nueva propuesta musical e identidad social.

                  “Todos seguíamos a Los Destellos. Ellos fueron los iniciadores con el                        maestro Enrique Delgado, maestro de maestros…”

Con Los Ilusionistas, Carlos Ramirez graba éxitos como “Perdóname” (popularizada después por el grupo Néctar), “Vanidad” y el éxito internacional “Colegiala”, mundialmente conocida, por las diversas interpretaciones que alcanzó, siendo la producida por la agrupación “Rodolfo y su típica” la que mayor fama obtuvo, debido a que fue la cortina musical del comercial Nescafé en 1980.

El ingreso a Los Ilusionistas le permitió a Carlos Ramirez definir su camino artístico, ya que no solo alcanzó notoriedad en el medio, sino logró la amistad de músicos de la misma agrupación, que una vez retirados de ella, le permitieron iniciar otros proyectos musicales como Amapola, Maravilla y Guinda. Músicos como Pedro Macavilca (bajista), Kike Raggio (guitarrista), Percy Quijano (tecladista) y Carlos Palomino (cantante), fueron la base de diversas agrupaciones que durante la década de 1970 le permitieron a Carlos Ramírez alcanzar el reconocimiento local y nacional.  

Y tal como hizo referencia Carlos Ramirez, Enrique Delgado fue determinante en la consolidación de la emergente música tropical peruana, pero también lo fue de su propia carrera artística:

                 “Un día, cuando ya me había salido de Los Ilusionistas, estaba                                     escuchando el programa del maestro Enrique Delgado, en radio Oriente,                     que, si mal no me acuerdo, en esa época ya era de él. Entonces cuando                     habla de los nuevos valores de la música tropical peruana, dice: he                             escuchado a una voz joven y prometedora, Carlos Ramirez; Carlitos, si                         me estás escuchando, sigue así, siempre por el buen camino. ¿te                                 imaginas? El maestro de maestros, Enrique Delgado me había                                       escuchado y me había reconocido. Para mí fue un honor. Al poco tiempo                   entro a Los Destellos.”

Ya en Los Destellos, Carlos Ramirez alcanza la fama nacional, grabando temas como “Quinceañera”. Ahí conoce a Claudio Moran, otra de las voces emblemáticas de la música tropical peruana, con quien establece una gran amistad, que le valió ser invitado, años después a un festival de música en México, por su recomendación.

              “Claudio es mi amigo, mi hermano. Un día me llega una invitación para                       participar de un festival de música en México con todo pagado. Yo voy y                   cuando pregunto cómo conocían de mi trabajo y me dicen que fue                               Claudio  Morán quien me había recomendado. Un tremendo honor para                     mí.”

Luego de las experiencias en Los Ilusionistas, Los Destellos, Maravilla, Carlos Ramírez Centeno grabó temas con Los Mirlos, entre los que destaca “El Brujo”.

Uno de las agrupaciones, con el que mayor cariño recordó Carlos Ramírez en nuestra entrevista fue Guinda:

          “Nosotros hicimos debutar a Guinda, en 1978 en el palacio de la cumbia, en              el centro de Lima. Ahí se inicia todo”

El cariño hacia el grupo Guinda es por la oportunidad de la internacionalización que alcanzaron en la década de 1980, llegando hacia Argentina y que luego consolidan en la década de 1990.

Una vez desligado de Guinda, Carlos Ramírez inició su agrupación Centeno, donde fue director, compositor y tocó, hasta su último concierto, temas que había popularizado a lo largo de su trayectoria. El nombre de la agrupación lo hizo en honor a su madre, tomando su apellido. 

Indagar sobre la trayectoria de Carlos Ramírez es adentrarse en la historia de la música tropical peruana, a la cual puso su voz para inmortalizarla. Creo conveniente, desde este espacio, profundizar su estudio, para tener una mayor comprensión sobre la misma.  

Desde este artículo, hemos querido reconocer la trayectoria de Carlos Ramírez Centeno, cuya vida estuvo asociada siempre a la música tropical peruana. Sin lugar a duda, Centeno formará parte de una de las voces reconocidas de nuestro repertorio musical y que el autor de estas líneas se reconoce como uno de sus más importantes admiradores.


Escrito por

Damiler Díaz Terán

Padre. Antropólogo. Hincha del Deportivo Municipal. Amante de leer todo sobre historia...


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